Plegaria para una pija



A ti, muestrario de cirugías
posibles y no tanto,
que transmutas
fondos de cohesión
en fondo de armario.

A ti, Vuitton verbenero.

A ti, trajechaqueta.

A ti, secuoya codiciosa
únicamente datable
contando anillos de boda,
consumada inversionista
en apellidos compuestos.

Qué le vas a hacer si tú
naciste en buena familia,
si todo ante ti se vuelve sur,
si eres demócrata por imperativo fiscal,
supremacía sin diplomacia
pero garante a la vez
de las buenas formas,
de la cuenta helvética y el sablazo,
del feng shui para especuladores.

Una de las dos Españas
ahora es tu campo de golf.

Tú que encarnas el imperativo,
tú que meas Chanel a tu pesar
—porque sabemos que meas—,
desciende de tu todotirano,
alza tu mirada altiva
sobre el horizonte recalificado

y mediamelénamela.

Extraído de La ansiedad del escapista